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ENVERO DE BACANTES
La transformación como esencia.
"Cada corcho es memoria, color y tiempo, ensamblado para revelar lo que el ojo completa."
El corcho en estas obras es testigo de un ciclo: del viñedo a la copa, y de la copa al arte. Recolectados tras un meticuloso trabajo logístico y sin alteración alguna, conservan las tonalidades que el vino les ha otorgado, variando según la cepa y el añejamiento. Clasificados con precisión, se transforman en una paleta viva que construye imágenes a través de una técnica cercana al mosaico y al puntillismo. Lo figurativo se mezcla con lo ambiguo, invitando al espectador a completar la imagen en un juego de percepción, donde cada mirada crea una experiencia única e irrepetible.
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